Esta es una historia ficticia pero que puede que sea realidad en muchas familias.
Una mujer con varios hijos que prefirió separarse del papá de los mismos para así dar paso a sus egoístas acciones. Los sacó de un ceno familiar, «abuelos, tíos, primos y vecinos» favorable a la crianza y educación, para llevárselos a un lugar de pocas oportunidades.
En esa situación permaneció varios años, hasta que un día el padre de sus hijos escuchó de los malos pasos que estaba dando su hija mayor y decidió volver a la familia ya que a la madre se le estaba saliendo de las manos la crianza y educación de su hija. La niña a penas contaba a penas 14 años.
Regresó el padre de familia y se integró a la misma. Salió de un lugar algo acomodado para ir a parar a un barrio marginal «aunque no existe tal barrio, porque marginal lo hacen sus habitantes».
Ya instalado en la familia nuevamente, empezó a poner todas las cosas en orden.
Pero la madre no había cambiado, seguía con su accionar egoísmo.
A los niños los trataba mal en casi todos los sentidos, tanto así que, se parece a uno de estos dictadores que han pasado por algunos países que hay que hacer lo que ella diga, como lo diga y cuando lo diga.
No le interesa si es un programa educativo el que el niño ve en la televisión o es que acaba de almorzar, tiene que hacer lo que ella dijo en ése momento.
El padre, ya notando que la madre de sus hijos no ha cambiado y no queriendo infelicidad para ellos (porque esa no es educación moral para ningún niño), empezó a organizar y corregir lo que la madre estaba haciendo mal para con sus hijos, tanto en lo material, moral y espiritual.
Por la mala forma de criar a los niños estos fueron, algunos tomando un camino errado, apartado de lo colectivo, lo común y lo moral, como el caso de la mayor que a sus quince años ya sonaban malas famas por las «juntiñas» y los supuestos noviecítos a escondida, o el caso del mayor que, ya andaba con «los tigres del barrio», jóvenes dedicados a la delincuencia en todos los sentidos.
Este último merece me recuerda la reflexión publicada en esta misma cuenta titulada: «La última carta a mi madre» https://decoracionesglobal.wordpress.com/2015/10/04/la-ultima-carta-a-mi-madre/
Al paso del tiempo, las cosas fueron cambiando, porque no es igual que unos niños se críen con uno solo de sus padres «papá o mamá» a que su educación sea suministrada por ambos.
Pero la madre no daba síntomas siquiera de entender que esa manera de actuar para con los niños le hacia daño. Empezó a dejarlos a su suerte en muchas ocasiones sin necesidad, porque ella es empleada y cobra un salario cada 15 días.
El padre se dedicaba a los trabajos técnicos y como empleador de su propia persona, es decir que no era empleado y no dependía de un salario de ninguna parte, sino que ganaba por lo que aprendió a hacer y hacia.
Éste cuando ganaba mucho, mucho dejaba a la familia para el sustento. Pero cuando poco tenia poco podía dar.
En este proceso hizo compras de importancia para la familia en general.
Compró: aparatos telefónicos que ningunos tenían para la constante comunicación, computadora para los estudios de los niños, sistema de inversor para que la familia no estuviera a oscuras ni desconectados y electrodomésticos necesarios para el buen desempeño de la casa.
Pero la madre, en su egoísmo empezó a hacer las cosas peor. En lugar de ver que lo que estaba sucediendo era para el bien colectivo, empezó a poner faltas a las cosas, le molestaba que se sentaran en la computadora, o que se quedaran viendo la televisión aún cuando no tenían que ir a la escuela el día siguiente, entre otras cosas.
Dejó de hacer los quehaceres de la casa que normalmente poco hacía y mostró muy poco interés por lo que pedían los niños y mucho descuido por el buen comportamiento de la familia.
Al paso del tiempo la relación hombre-mujer, padre-madre se destruyó por completo “porque por mas que tú quieras sacar a tu familia adelante, si quien debe ayudarte te sirve de tropiezo o de pesada carga, no lograras nada.” Por esto el padre, muy dolido decidió nueva ves la separación, pero esta ves se iría con los hijos que entendiéran que él era el que estaba en lo correcto. Así que los mas pequeños decidieron que se irían con él.
Juzgue usted, si cuando el padre dijo que haría una reunión con todos para buscar y solucionar los problemas de la familia, la madre es quien en frente de todos se opuso.
Juzgue usted si que mientras el padre decía esto, el niño mas pequeño intervino para decir que: «por favor escuche lo que papi le quiere decir», y ella lo mando callar y le dijo que no se meta.
Juzgue usted que por la crianza y educación que le dio al mayor, éste maltrataba a sus hermanítos verbal y físicamente, se reveló contra su padre al punto de ofender, amenazar, robar y hasta dañar sus pertenencias o lo que era de la familia en general mientras ella miraba y callaba.
Juzgue usted si hasta puso a la hija mayor en contra de su padre, enseñando a ésta a discutir, a mentir y humillar mientras ella sólo miraba y callaba.
Si usted conoce una madre ejemplar como ésta, está en su derecho de aliarse o alejarse, de imitarla o aconsejarla… pero recuerde que por lo que usted decida sus hijos pagaran el precio o disfrutaran de la recompensa.

Mi nombre es Miguel Collado, soy el que ha escrito estas líneas y de antemano les digo que cualquier similitud en la realidad, es pura coincidencia.
Mi intención ha sido única y exclusivamente ayudar, si te sirvió pues, no dudes en compartir.
Que pases feliz resto del día.
Decoraciones Global
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